Pues a lo mejor no se está tan mal en la torre de marfil... Licencia Histórica y los medios de comunicación

Hace años, cuando me decidí a abrir el blog, estaba en el paro. Cerraron mi empresa y todos a la calle, sería allá por 2008. Me costó mucho salir, pero mucho, y eso que empecé a buscar desde el minuto uno. Recuerdo aquella época con horror. Por eso, cuando alguien me decía «¡Qué suerte sin trabajar!», me daban ganas de... de todo. No quería parar quieto, y en aquella situación surgió Licencia Histórica. Ha cambiado mucho en todos estos años.

Muchos de mis compañeros me lo desaconsejaron. Trabajo ingrato, sin remuneración y, sobre todo, sobreexposición. No les faltaba razón y, aun así, continué. A ver quién es el guapo o guapa que sale cada semana intentando cumplir unos mínimos de calidad a la vista de todos. Cada entrada que publicamos tiene, cuando menos, unos lectores potenciales de casi 30.000 personas. Ahí lo llevas. Y no, no me es propio alardear de seguidores, que de nada vale y los hay con muchos más. Me refiero a la responsabilidad que te atenaza por ello. Pensad, ¿cuántos libros de historia tienen a día de hoy una tirada de 30.000?
Foto retocada de El resplandor. Fuente: Atresmedia.
Ligadas a Licencia Histórica surgieron las redes sociales de la misma, Facebook y Twitter. Allí, y nos consta porque nos lo han comentado otros amigos bloggers, desarrollamos una labor de difusión de noticias históricas bastante constante. Mínimo subimos unas cinco noticias al día. ¡Mínimo! La premisa es, sin meternos en demasiados charcos (y aun así no sé cómo nos metemos), manteneros informados de todo lo que sale en los medios sobre Historia. No es tanto que estemos de acuerdo con el enfoque de la noticia como de que conozcáis lo que sale en medios. En vez de ir vosotros medio de comunicación por medio de comunicación os lo mostramos en las redes. Sencillo de entender, ¿verdad?

Últimamente nos ocurre una cosa muy curiosa, que si subimos una noticia nos interpelan a nosotros como si fuésemos los responsables del texto en cuestión. Nos han llegado a decir poco menos que el que «comparte otorga». Que asumimos el texto como nuestro. ¿Perdón? Bastante tengo yo con asumir lo mío como para asumir lo de otros. Como muchas veces digo en Facebook, «la opinión es cosa vuestra». Y cansa, subes una noticia de ABC y lío de unos; que subes del diario.es, pollo de otros.

Soy muy consciente de la tensión política que vive España en estos momentos, me asustan ciertas cosas que veo, pero de verdad que yo no tengo la culpa ni es mi guerra. Es curioso, subo entradas de cosas de las que soy, espero, especialista o algo parecido. Ni un comentario, se leen moderadamente... Ahí nadie critica ni dice. No es opinable, no es políticamente goloso. Oye, ahí es donde puedo responder. Es mi texto. Mis artículos están casi todos en abierto, mi tesis, mis reseñas... son mis trabajos, no lo que sale en tal o cual medio.

Y esta tarea de difusión de noticias no es «cosa menor», que diría alguno. Que voy con el móvil en trenes atestados compartiendo cuando puedo con el móvil, que lo odio porque tengo unas manos enormes y... vamos, que soy un zarpas. Agobiado porque «no he subido hoy», entre clase y clase respondiendo como puedo a los comentarios. Que no pido medallas ni aplausos, pero un poquito de sentido común no vendría nada mal.
La «casita» de Montaigne. Grabado de Léo Drouyn (1864). Fuente: Wikipedia.
Siempre he sido muy guerrero y he criticado a aquellos que se encierran en su torre de marfil. Había que «bajar a la arena» y hacer difusión. Algunos me dijeron que loable pero loco intento. Empiezo a entenderlo. Empiezo a entender que encerrarse en la torre de marfil es una cuestión de higiene mental. A día de hoy, Montaigne es mi héroe. Poco se comparte, poco se aporta. El sueño del conocimiento universal y el compartir conocimientos a través de Internet se está convirtiendo en pesadilla. A pesar de todo lo dicho, aquí estaremos hasta que el cuerpo aguante.

He empezado a soñar con «mi torre de marfil», la tengo hasta elegida. Sería una casita en Bueño. Es un pequeño pueblo a escasos minutos de Oviedo. Me encantaría estar allí todo el verano. Está elegido a conciencia, al estar cerca de Oviedo si me agobio o necesito algo tengo «la city» a tiro de piedra. Allí con todos mis «libritos», leyendo con calma, escribiendo, preparando el curso y artículos con absoluta tranquilidad. Trabajar con calma, con sosiego, con mimo. Y volver a la batalla con las pilas recargadas.
Capilla de San Juan de Mata, en Bueño. Fuente: Wikipedia.
Ahora mismo estoy en un periodo de mi vida volcado en mis libros y mis clases. Disfrutando, qué demonios. Me sobra todo aquello que no sea compartir mis pasiones y hablar de ellas, ya sea en clase o fuera de ellas. Por eso, cuando os vuelva a escribir será para presentaros otro proyecto en la red. Como diría aquel cantante, «Algo chiquitito, algo pequeñito». Es poca cosa, pero es de lo que apetece hablar ahora mismo. Me hace especial ilusión. Seguiremos informando, aunque ya en redes he ido presentándola poco a poco. 

Un afectuoso saludo a todos y buena semana.

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