¿Divulgación histórica y videojuegos?: colaboración de Sofía Barrios en la revista «Descubrir la Historia»

Archivo propio.

Tal y como me dijo una vez un profesor, los historiadores somos escritores. Nuestra labor no es solo investigar, sino también escribir y publicar, dar a conocer los frutos de nuestra investigación, de nuestro trabajo. Por un lado, podemos hacerlo a través de publicaciones científicas, dirigidas hacia un público muy específico como son nuestros compañeros de profesión; y, por otro, a través de publicaciones divulgativas

La divulgación histórica ha estado, o, mejor dicho, está, muy mal vista. Muchos historiadores hemos oído cómo se crítica la divulgación y al historiador divulgador, cuyo trabajo parece que no tiene el mismo valor o nivel que aquel cuyas publicaciones son científicas. Yo personalmente considero que esto es un gravísimo error. ¿Por qué carece de valor acercar la Historia a un público más amplio? ¿Por qué un artículo ameno y entretenido tiene un nivel inferior, a pesar de ser igual de riguroso que cualquier publicación científica?

No hay que olvidar que la divulgación es también una herramienta fundamental para aquellos que quieran introducirse en el mundo de la Historia. La mayor parte de los alumnos que deciden cursar sus estudios universitarios sobre esta materia, llegan a ella gracias a lecturas divulgativas, no científicas. 

En los últimos años, esta tendencia parece estar cambiando. Muchos historiadores han encontrado nuevas vías para acercarse a ese gran público gracias a las redes sociales, como Twitter o YouTube, a través de pódcast, blogs, como este en el que escribo, y, por supuesto, participando en distintas revistas divulgativas, como Descubrir la Historia


Descubrir la Historia es una revista que, como ya os contó mi compañera Iris cuando colaboró en ella en 2017, nació a finales de 2013 con formato digital y lleva ya 19 números publicados en formato físico. A los artículos, además, se puede acceder desde su página web.

Este mes de marzo se ha publicado el último número, en el que yo he tenido el privilegio de participar. Este número trata especialmente temas vikingos, tal como vemos en su portada, y romanos. En mi caso, el artículo con el que colaboro inaugura una nueva sección, Vivir la Historia, y habla sobre la Recreación Histórica en el mundo de los Videojuegos.

La ficción histórica es hoy en día un género más que prolífico en literatura, series y cine. En los últimos años, los videojuegos se están sumando a esta tendencia y se han creado grandes títulos que acercan la Historia al amplísimo público de la industria.

Junto con lo mencionado antes sobre la divulgación, los videojuegos son también una importante herramienta de difusión. Salvando las distancias con las publicaciones divulgativas, ya que los videojuegos en muchas ocasiones no tienen total y absoluto rigor (que, por otro lado, es casi imposible que lo tengan), son medios muy útiles para llevar la Historia a un público que quizás de otra manera no se acercaría a ella. Puede despertar el interés del jugador, empujándole a leer e investigar y, quién sabe, quizás estudiarla y dedicarse a ella de forma profesional, como me ocurrió a mí. 

Los historiadores deberíamos perder el miedo a llevar nuestra disciplina a un amplio público y es algo que debe empezar desde nuestro «gremio». Somos los historiadores los que debemos dejar de criticar e infravalorar la divulgacióny empezar a verla como lo que es,una forma, tan buena y rigurosa como cualquier otra, de escribir Historia.

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