Manuela Malasaña y el Levantamiento del 2 de mayo en Madrid

 

A los héroes populares que el 2 de mayo de 1808 auxiliando a los soldados de los inmortales Daoiz y Velarde pelearon aquí por la independencia de la patria contra las fuerzas de Napoleón” 

Placa Conmemorativa en la Plaza Dos de Mayo de Madrid


Son de sobra conocidos los acontecimientos que tuvieron lugar en Madrid el 2 de mayo de 1808. Como consecuencia de la presencia de tropas napoleónicas en la capital, así como el miedo a que se llevasen a la fuerza al último miembro de la Familia Real que aún estaba en el Palacio Real, los ciudadanos de Madrid se alzaron contra los invasores franceses. De entre las muchas personas que se rebelaron, hoy me gustaría hablar sobre Manuela Malasaña, una joven de 17 años cuyo nombre ostenta un barrio y una calle de la capital.


Placa de la Calle de Manuela Malasaña en Madrid (Fuente)

Manuela era la hija del panadero de origen francés, aunque nacido en Vallecas, Jean Malesangre (españolizado a “Juan Malasaña”), y ambos vivían, con su madre, en el Barrio de Maravillas de Madrid. El obrador de su padre se encontraba cerca de la actual Plaza del Dos de Mayo, que en esa época era el lugar donde los capitanes Luis Daoíz y Pedro Velarde se enfrentaron a las tropas francesas: el Cuartel de Monteleón.


Existen dos versiones sobre su actuación en el Levantamiento del 2 de mayo. En primer lugar, se cuenta que su padre se encontraba en el cuartel y ella, Manuela, le proporcionaba pólvora y armamento desde el balcón de su casa. Esta es la versión que inmortalizan artistas como Eugenio Álvarez Dumont. En esta obra en particular, que pertenece al Museo del Prado pero que está en depósito en el Museo de Zaragoza, aparece Juan Malasaña luchando contra un francés mientras su hija Manuela yace a los pies del caballo, junto al fusil que le dio muerte. 

Malasaña y su hija se baten contra los franceses en una de las calles que bajan del parque a la de San Bernardo.
 Dos de mayo, Eugenio Álvarez Dumont (Fuente: Museo Nacional Del Prado)


Existe, sin embargo, otra versión sobre su fallecimiento que es, además, la más popular. Se cuenta que Manuela, junto con el resto de sus compañeras de costura, se mantuvo escondida durante lo que duraron los disparos en el taller donde trabajaban. Al regresar a casa, unos soldados franceses intentaron abusar de ella, por lo que Manuela se defendió con unas tijeras de costura. Por portar este “arma” Manuela Malasaña sería ejecutada, aunque en esta versión sería horas después del levantamiento como tal. 


Retrato de Manuela Malasaña, José Luis Villar y Rodríguez De Castro,
Sala de las Heroínas del Museo del Ejército (Fuente)

Por su heroísmo y valentía se han realizado distintos actos para que su nombre fuese recordado. En 1879 se puso el nombre de su familia una calle de Madrid (que en 1961 pasa a llamarse Manuela Malsaña), se pintan retratos y se esculpen obras en su honor. En la década de los 80, el Barrio de Maravillas, aquel donde Manuela vivió y murió, pasará a ser conocido como “Malasaña” y finalmente, en 2003, se inaugura una estación de Metro con su nombre en Madrid. Así, cuando alguien pase por algunos de estos lugares, vea estas obras o ande por las calles por las que ella transitó, puede preguntarse “¿quién fue Manuela Malasaña?” para que, así, su nombre nunca caiga en el olvido




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