Notre Dame y la inmortalidad del arte


Notre Dame en llamas (Fuente: Patrick Anidjar / La Vanguardia)

Dentro de unos pocos días hará un año que ardió la catedral de Notre Dame de París y lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Después de pasar unos días en España, volvía a Escocia para continuar con mi máster. Al aterrizar y encender el móvil, recuerdo que lo primero que vi fue un mensaje que decía: “Está ardiendo Notre Dame”. Naturalmente, no me lo podía creer. Hasta que vi las imágenes, las terribles y desgarradoras imágenes que nos hicieron temblar, con miedo, creyendo que terminaría derrumbándose. Imágenes que se nos han quedado grabadas, nunca mejor dicho, a fuego en nuestra mente.

Fueron unas horas terribles en las que, no me avergüenzo de decirlo, lloré, y no poco. Uno de los peores momentos, cuando se cayó la aguja. Cuando los telediarios nos decían que los muros no iban a poder soportar las llamas. Cuando nos avisaban de que pensaban que los muros cederían, que las torres de la fachada principal caerían también. Pero no cayeron. Las llamas consiguieron apagarse y Notre Dame, aunque herida, se mantuvo en pie

A finales de febrero tuve la suerte de ir a París (cuando visité la exposición de Leonardo da Vinci) y, como no podía ser de otra manera, quise pasear por los alrededores de Notre Dame (y como no podía ser de otra manera, volví a llorar). A su alrededor se ha levantado un perímetro delimitado por vallas en las que se cuenta, en inglés y francés, e ilustrado por imágenes, lo que ocurrió cuando ardió, lo que se perdió, lo que se salvó y lo que se está haciendo para mantenerla en pie. Desde tan cerca, se podían ver las estructuras de madera que se han añadido a los contrafuertes, para reforzarlos y evitar que la estructura se venga abajo. Lo que se hará una vez la estructura esté segura dependerá del gobierno francés. Esperemos que no hagan ninguna barbaridad, como aquella propuesta de sustituir la cubierta de madera por una de cristal y convertirlo en un invernadero…

Notre Dame, febrero de 2020 (Fuente: archivo propio)

¿Por qué fue tan dramático el fuego? Porque Notre Dame es una de las obras de arte más importantes de la Historia y el arte está hecho para ser inmortal. Nuestros padres, nuestros abuelos y bisabuelos nacieron con Notre Dame en pie y, siguiendo el orden natural de las cosas, nosotros moriremos y Notre Dame seguirá allí. Hay algo reconfortante en pensar que, aunque nosotros no vivamos para siempre, habrá restos de nuestra civilización, nuestra cultura, y nuestra existencia que sí están llamados a vivir para siempre. El arte tiene que sobrevivirnos a todos. Para eso fue creado, y es una tragedia terrible ser testigo de la destrucción de una obra de tal magnitud e importancia como Notre Dame. 

Notre Dame no se destruyó, pero en los últimos años sí hemos visto la destrucción de obras de arte, como cuando el ISIS destruyó Palmira, Nimrud o KhorsabadEl arte está llamado a ser eterno; a sobrevivirnos a todos. Nuestro trabajo es protegerlo y conservarlo, para que las futuras generaciones puedan apreciarlo y aprender de él. Por eso, es tan terrible ver morir una obra de arte, verla arder y caer. Aunque, en este caso no solo la vimos resistir y sobrevivir, sino que probablemente podamos verla renacer


Fachada de Notre Dame, febrero 2020 (Fuente: archivo propio)

Comentarios

Entradas populares