Hécate. La diosa sombría. Nuevo libro de Mario Agudo Villanueva.


Unos meses atrás Mario Agudo Villanueva me sorprendió con la propuesta de prologar el libro sobre el que estaba trabajando. El tema del mismo, dada mi especialidad. me atrajo al momento, nada menos que la diosa Hécate. "Ahí es ná". 

La verdad es que al principio dudé en hacerlo, no por prologar el libro, sino por si yo era la persona adecuada. No fue falsa humildad sino enorme responsabilidad. Poder estar a la altura del enorme honor que se me concedía. Con más miedo que vergüenza acepté y lo que vais a leer es el prólogo de un libro que no solo he tenido el honor de prologar, sino que tengo el gusto de recomendar sin atisbo de duda. Os dejo con la ficha técnica del libro y con el prólogo.

Saludos.

Ficha técnica del libro:
  • Título: Hécate. La Diosa Sombría.
  • Editorial: Dilema.
  • Año de edición: 2020.
  • ISBN: 978-84-9827-487-5
  • Enlace al libro.
Prólogo.




Fuente: Dilema editorial.
Los impenitentes lectores sabemos que todo libro es un viaje, una búsqueda que nos conecta con un pasado que, una vez asumido, nos lance a un futuro construido sobre sólidas bases. O al menos eso hacen los buenos libros como el que nos regala Mario.

Porque con él podemos volver a navegar en cóncavas naves a través del Mare Nostrum y detenernos en puertos que rezuman olor a vid, trigo y olivo. Sustento necesario para reponer fuerzas y ponernos en marcha por polvorientos caminos en busca de templos hace ya milenios olvidados pero que siguen susurrándonos el profundo sentido de la vida.

Un viaje que abarca siglos y miles de kilómetros donde es fácil perderse con los cantos de sirena, de embaucadores de medio pelo, vendedores de misterios y magia de mercadillo. No es el caso de Mario, nuestro capitán, que con inteligente prosa mece nuestro barco hacia puerto seguro. El rumbo es firme, pues ha sido jalonado por abundantes fuentes epigráficas, arqueológicas, históricas o literarias tratadas con mimo. Nada ha sido dejado al azar.

Imprescindible panoplia si a quien queremos atrapar es a la escurridiza Hécate. Diosa de origen incierto, sincrética y de múltiples caras. Diosa liminal entre la vida y la muerte que nos acompañará hacia el verdadero e incierto último viaje, pues ella es la que guarda las llaves del Hades que ilumina con su antorcha. Por extensión, diosa que vigila otros umbrales tan importantes para los hombres como lo son su hogar o los peligrosos cruces de caminos. Hécate es diosa lunar y, como ella, regeneradora de vida y fuente de fertilidad. Poderosa en las artes mágicas, madre de míticas y poderosas mujeres que heredaron sus poderes, extiende su reino en la tenebrosa noche como severa madre que nos acompaña en la muerte y en la vida.

Como todos los viejos dioses fue arrumbada por el triunfante y monoteísta cristianismo y su dios solar. Así lo proclama el impresionante Cristo Pantócrator de San Clemente de Tahull: “Ego sum lux mundi”. Hécate será demonizada y malinterpretada pero no olvidada, pues tendrá una segunda vida en los manuales de los demonólogos en la Edad Moderna. Hécate convertida en modelo de brujas por doctos teólogos que volcaron sobre unas aterradas mujeres muchas de las cualidades de la diosa.

Su renacimiento llegó incluso a hacer de ella personaje literario de la mano de Shakespeare y ya no ha dejado de estar con nosotros de una manera u otra. Travestida de mil y una maneras volverá a ser personaje principal en el arte y la literatura del XIX o de nuevo adorada en una versión apta para wiccanos.

En definitiva, Hécate es la excusa perfecta para hablar de los dos grandes misterios de la humanidad, la generación de la vida y la muerte como último umbral. De cómo el hombre ha asumido tales certezas, puede que las únicas certezas de la vida.

Mario ya nos avisa que llegamos al final de nuestro largo viaje y allí nos espera ella, con su eterna antorcha travestida de nuevo ahora como Estatua de la Libertad, dándonos la bienvenida al Nuevo Mundo y su promesa de un nuevo comienzo.

Gracias capitán.

Roberto Morales Estévez

Madrid, a 8 de febrero de 2020

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