COVID-19: viviendo la Historia


Miniatura Medieval que representa la Peste Negra

Marzo de 2020. España, parada. Sus habitantes, confinados en sus casas. Los supermercados, por alguna razón, ven cómo la ciudadanía compra papel higiénico como si no hubiera un mañana. El Gobierno, declarando el Estado de Alarma. Prohibido transitar por las calles. Bares, cafeterías y tiendas, cerradas. Las ciudades, vacías. ¿Quién hubiera podido imaginar que tendríamos que vivir algo así?

No es la primera vez en la Historia en la que el mundo se ve azotado por una pandemia. No, todos hemos leído sobre la Peste Negra o la Gripe Española y cómo fueron devastadoras para la humanidad. Pero claro, cuando lo aprendemos, no nos paramos a pensar en lo que supone para las personas, para las familias, para el individuo. “La Peste Negra mató a un tercio de la población europea”, decimos. ¿Pensamos en cómo cambió la vida de las personas afectadas, que lo vivieron y sobrevivieron? ¿En cómo era su día a día? Pues creo que ahora, que vivimos una situación similar, vamos a empezar a hacerlo. 

Las redes sociales, una fuente que será fundamental para estudiar estos tiempos que corren en un futuro no muy lejano, nos están dejando testimonios de lo que está haciendo la sociedad para entretenerse, para pasar la cuarentena de la mejor manera posible. Compartiendo arte, juegos, música, películas, libros, vídeos, la gente busca maneras de amenizar su tiempo. Hoy en día, tenemos tecnología, pero ¿cómo lo hacían antes? 

“En medio de una enfermedad que asola Europa, un grupo de jóvenes decide retirarse al campo y, para amenizar su confinamiento, deciden contar historias”. ¿A alguien le parece descabellado en el contexto que estamos viviendo? (Más allá de no hacer desplazamientos innecesarios, naturalmente). Este es el argumento de El Decamerón, una de las obras más importantes de la Historia y de la Literatura Universal. Y narra, precisamente, un acontecimiento muy similar a lo que estamos viviendo: una enfermedad y la respuesta que se da por parte de un grupo de jóvenes. Hoy, quizás, los jóvenes no se vayan al campo a contarse historias, pero no me sorprendería ver microrrelatos apareciendo en Twitter en las próximas semanas. No sería una mala iniciativa en la que participar. 

Un Cuento de El Decamerón, John William Waterhouse

Los historiadores vemos todos estos acontecimientos con asombro, en la que pensamos “estamos viviendo algo histórico”. Algunos, y no pocos, decidirán dejar por escrito los hechos, sus impresiones, la respuesta que dio la sociedad a los momentos más críticos. Esos testimonios serán muy valiosos para cuando esto no sean solo recuerdos, sino que sean temario de estudiantes. 

En el futuro, dentro de muchos años, nuestros hijos o nietos nos preguntarán sobre estos días, estas semanas, sobre cómo nos comportamos, sobre la solidaridad que está empezando a surgir entre nosotros, sobre esos aplausos en los balcones, en agradecimiento al personal sanitario. Sobre cómo salimos de esta. 

Porque saldremos. Será, duro, será difícil, habrá otra crisis, de magnitud aún por descubrir. Pero saldremos. Saldremos gracias a esa solidaridad, a ese espíritu que sale del ser humano en los momentos más críticos y difíciles, que nos lleva a ayudarnos los unos a los otros, a estar ahí por los demás, a hacer estos tiempos un poco menos horribles de lo que realmente son. Y eso no se olvidará. 

Que no nos quepa duda: esto que estamos viviendo, nuestros actos, nuestra forma de vivirlo, es Historia. 

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