Outlander y las Revueltas Jacobitas
Fuente: Starz.com |
Artículo de Sofía Barrios Herráez (University of Glasgow)
En los últimos años han aparecido numerosas series de televisión ambientadas en periodos históricos que tratan importantes personajes o acontecimientos, como Los Médici: Señores de Florencia, Isabel o Vikingos. Como este año estoy estudiando en Escocia, he decidido hablaros de Outlander.
Outlander es una serie ambientada en la primera mitad del siglo XVIII en las Highlands escocesas. Este periodo histórico fue muy conflictivo en estas tierras debido a las llamadas Revueltas Jacobitas. Pero ¿qué son estas revueltas? Para explicarlo, debemos remontarnos a dos siglos atrás, al reinado de Isabel I y de su heredero, Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia.
Isabel I, conocida como la Reina Virgen, murió sin descendencia, por lo que su sucesor fue Jacobo I, hijo de su prima, María de Escocia. Jacobo I instauró la dinastía Estuardo en Inglaterra, pero no en Escocia, donde la dinastía llevaba gobernando desde el siglo XIV. Este rey supuso la unión de las coronas inglesa y escocesa, aunque la unión no será total hasta 1701, durante el reinado de Ana Estuardo.
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En esta época, la Reforma Anglicana ya se había puesto en marcha y, debido a la temprana muerte de su madre María, Jacobo fue educado en esta nueva fe. Así, los reyes que le sucedieron mantuvieron esta religión hasta 1685, año de la muerte de Carlos II Estuardo.
Debido a que este último murió sin descendencia, fue nombrado sucesor su hermano Jacobo II, quien profesaba la fe católica. La oposición inicial que hubo hacia este rey por parte de los protestantes no fue fuerte, ya que su heredera, María, estaba casada con Guillermo de Orange. Sin embargo, el nacimiento de un hijo varón del segundo matrimonio de Jacobo provocó que las tropas de Guillermo de Orange desembarcaran en Inglaterra y que Jacobo se viera obligado a huir a Francia en 1689.
Mientras que Inglaterra, Irlanda y Escocia son gobernadas por María y Guillermo, sucedidos a su muerte por su hermana Ana Estuardo, Jacobo y sus sucesores encuentran refugio en la corte francesa. Allí, en 1701, Luis XIV reconoce a Jacobo III como legítimo heredero a la corona británica, a lo que Ana Estuardo responde con la promulgación del Act of Settlement, por el cual se prohibía el acceso al trono a pretendientes católicos (prohibición que se mantiene a día de hoy). Es debido a esto que, a la muerte de Ana sin descendencia, la corona no pasa a su hermano Jacobo III, sino a un familiar lejano, Jorge I de Hannover, instaurando así esta nueva dinastía en el trono británico.
Pero ¿qué tiene todo esto que ver con Escocia? Gran parte de los habitantes de Escocia, especialmente en las Highlands, profesaban la fe católica y, por ello, no vieron con buenos ojos que se expulsara al legítimo rey por su fe. Por ello, se acuñó el término jacobita y con él se haría referencia a todos los partidarios de Jacobo II y sus sucesores.
Las Highlands escocesas constituían un mundo completamente diferente al resto de Reino Unido (nombre que puede utilizarse a partir de 1701). Sus vidas se regían por un sistema de clanes que recuerda a las épocas del feudalismo europeo de la Edad Media. Era una tierra con unas costumbres diferenciadoras muy arraigadas, en las que se hablaba el gaélico escocés y ya se utilizaba el kilt con tejido de tartán. Y es aquí cuando entra la serie de Outlander.
Fuente: Starz.com |
Claire, la protagonista, es una enfermera de la primera mitad del siglo XX que viaja a través del tiempo hasta 1743. Allí, se pondrá bajo la protección del clan McKenzie y se verá envuelta en numerosos acontecimientos relacionados con los movimientos jacobitas.
A pesar de que, como cualquier ficción histórica, se tome sus licencias, Outlander tiene un valor fundamental: hace un retrato muy veraz de la forma de vida de los clanes. A través de los ojos de Claire, observamos cómo funcionan estos clanes, con sus jefes, ejércitos, tierras, castillos… Vemos la importancia de la tradición, la lealtad y el honor, virtudes que regían a estos guerreros de las Tierras Altas de Escocia. Así mismo, ha servido para tratar una época en la historia de Reino Unido que no había tenido demasiada difusión.
Esta serie, además, ha supuesto un aumento considerable del turismo en Escocia. Todas las localizaciones en las que se graba la serie, los distintos castillos y demás escenarios, antes poco conocidos, ahora son visitados por grandes multitudes de turistas diariamente, algo que, gracias al precio de sus entradas, ha favorecido su conservación y restauración.
El Castillo de Midhope es Llayibroch. Hogar de Jaime Fraser. |
El Castillo de Doune sirvió para representar el Castillo de Leoch, hogar de los McKenzie. Este escenario fue utilizado, además, para Los Caballeros de la Mesa Cuadrada. |
Campo de batalla de Culloden. Archivo propio |
Las Revueltas Jacobitas tendrán su mayor derrota en 1745, en la Batalla de Culloden. Tras esta derrota, el sistema de clanes, con todas sus peculiaridades, será abolido, así como todos los símbolos identificativos de las Highlands serán prohibidos: el gaélico, el kilt y el tartán. Apreciar lo violento que estos cambios fueron para los habitantes de las Tierras Altas es más sencillo cuando podemos apreciar lo interiorizado que tenían todos estos símbolos, algo que Outlander muestra de forma natural.
Outlander, como otras muchas ficciones históricas, es importante, no para aprender sobre acontecimientos o personajes históricos, que quizás hayan sido modificados de alguna manera en favor del argumento ficticio, sino que su valor está en mostrar el contexto, esa forma de vida tan peculiar y diferente que se vio violentamente destruida tras la derrota de Culloden en 1745.
Artículo de Sofía Barrios Herráez (University of Glasgow)
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