Blas de Lezo, el cómic
Todo buen español debería mear siempre mirando a Inglaterra
Blas de Lezo (1689 - 1741)
Justo es, por tanto, narrar sus proezas; aunque España, a menudo ingrata con sus hijos más preclaros, tienda a olvidar las mismas y a volver a embarrarse con las miserias cotidianas, donde todo se reduce a un cruce de acusaciones de trazo grueso, resumidas en dos etiquetas burdas (facha y rojeras) que hace mucho que no significan nada.
Sin embargo, de vez en cuando y contra todo pronóstico, alguna de esas figuras semiolvidadas acaba saliendo a la luz de nuevo. Tal es el caso del guipuzcoano Blas de Lezo, cuya figura se ha puesto de moda en los últimos tiempos entre los aficionados a la historia militar. Y es que derrotar a una gigantesca armada británica con una inferioridad numérica de diez a uno no es moco de pavo, especialmente faltándole un ojo, un brazo y una pierna al protagonista de la gesta.
Por otra parte, uno dista mucho de poder ser considerado anglófobo salvo en términos gastronómicos; me apasiona la historia militar y la británica es fundamental para entender el mundo desde la Edad Media. Cuenta, como cualquier otro pueblo, con episodios ignominiosos y otros dignos de gran honra. Pero debo reconocer también que recrearme en como las armas hispánicas le partieron los cuernos a los súbditos de Su Graciosa Majestad en circunstancias donde no buscaban más que lucro da cierto gustirrinín.
Por otra parte, uno dista mucho de poder ser considerado anglófobo salvo en términos gastronómicos; me apasiona la historia militar y la británica es fundamental para entender el mundo desde la Edad Media. Cuenta, como cualquier otro pueblo, con episodios ignominiosos y otros dignos de gran honra. Pero debo reconocer también que recrearme en como las armas hispánicas le partieron los cuernos a los súbditos de Su Graciosa Majestad en circunstancias donde no buscaban más que lucro da cierto gustirrinín.
A falta de que nuestras productoras cinematográficas se decidan a invertir el dinero en una buena película sobre el tema (aunque temo que, como habitualmente, se adelantarán los propios británicos o sus primos americanos y contarán lo que les dé la realísima gana), unos valientes lanzaron un proyecto de micromecenazgo a través de Verkami para traer al mundo un cómic narrando esta historia. La tripulación de este periplo la componen el guionista Ángel Miranda, el historiador Ramón Vega, el colorista Miguel Ángel Abad y el dibujante Guillermo Mogorrón, que ha trabajado, ahí es nada, para DC y Marvel.
En mayo de 2018 lanzaron el proyecto, al cual un servidor ha aportado su granito de arena, y que, por fin se materializado, dos años más tarde, en la obra que ha llegado a casa. Una espera bastante larga, la verdad, ya que los plazos iniciales eran más breves. En parte porque como tuvieron tanto éxito con la recaudación se han lucido y enriquecido bastante la obra, incluyendo la documentación de las últimas páginas. Además hay que agradecerles que hayan estado pendientes de enviar con cierta frecuencia noticias sobre el desarrollo, cómo se han documentado, noticias relacionadas, etc.
Entiendo que la mayor parte de ustedes no precisa mucho detalle del argumento. Como ya sabrán, en 1741 Gran Bretaña lanzó contra Cartagena de Indias una flota de 200 navíos y casi 30.000 hombres, con el fin de hacerse con la ciudad, entonces acceso clave a la América española. Blas de Lezo, almirante español falto de un ojo y una pierna, y con un brazo inutilizado, todo ello fruto de su larga trayectoria militar, es el encargado de la defensa marítima. Pero apenas cuenta con 6 navíos y unos 3.000 hombres... aunque sabrá aprovechar al máximo los recursos que tiene, a despecho del inglés.
¿Y qué tal ha quedado, preguntarán? Pues creo que la espera y la confianza en el proyecto han merecido la pena. Por tres motivos fundamentales:
- El respeto por los hechos históricos y la ambientación: está claro que los autores han sido muy exhaustivos con los hechos históricos, la ropa, las armas, los navíos, la ciudad de Cartagena, el instrumental médico, etc. Las páginas de documentación del final así lo demuestran.
- El dibujo: entendido en todos los niveles (trazo, tinta, color, composición...); como pueden ver en las viñetas, no es el resultado de unos aficionados o una obra hecha a carreras aprovechando el tirón del personaje. En todas hay detalles en los que fijarse (incluyendo los retratos de algunos de los mecenas más generosos).
- El propio formato: definitivamente es una obra cuidada, con buena encuadernación, que se merece un buen sitio en la balda de los cómics. No todas las obras con este origen pueden presumir de un acabado tan profesional.
¿Lo peor? Pues que la historia acaba, de momento, en uno de los momentos clave de la batalla de Cartagena de Indias, por lo que va a tocar esperar al segundo tomo para ver completa la derrota de los hijos de la pérfida Albión. Espero que al menos tarde menos que el primero cuando se decidan a comenzar con el proyecto.
Cuando ocurra, tendrán cumplida noticia. De momento, parece que ya se puede comprar el primer número por los cauces normales, así que les recomiendo que lo tengan a tiro de cañón y lo metan en casa, que nunca se sabe si nos puede caer otro confinamiento.
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