De re musica: tratados de historia que se escuchan (II)
La
música constituye una revelación más alta que ninguna filosofía.
Ludwig van Beethoven
In Memoriam Fernando Argenta (1945 - 2013): por motivos obvios.
Como decíamos ayer, la música propia de cada época
resulta fundamental para conocer la misma. Si bien hasta tiempos medievales no
se conservan partituras ni se conoce a los autores de las piezas, desde
entonces la evolución de la música ha sido vertiginosa.
Como hemos visto, resulta imposible
desligar la música de la época de los acontecimientos que tuvieron lugar
durante la misma, y de su visión del mundo. El concierto Emperador de Beethoven, dedicado
inicialmente a Napoleón, es un buen ejemplo de ello; no es posible comprender los movimientos revolucionarios del siglo XIX
sin detenerse a escuchar la música compuesta en la época.
Coro de los caballeros del Grial, de la ópera "Pársifal", de Wagner. Imagen de "Parado en la esquina escuchando ópera" |
Este
año estamos celebrando, por otra parte, el bicentenario de dos importantes compositores
operísticos, ambos totalmente relacionados
con los procesos de reunificación de sus respectivos países: Verdi y Wagner.
En el primer caso, baste mencionar las pintadas “Viva Verdi” que aparecían en la
Italia en proceso de risorgimento,
como acrónimo de “Viva Vittorio
Emmanuelle Re D’Italia”, y que su genial Va, pensiero de la ópera
Nabucco llegó a proponerse como himno oficial de la nación. Atención a la maravillosa versión que les enlazo a continuación...
El
caso del teutón requeriría un estudio completo aparte; fue el gran revolucionario del mundo operístico
(por ejemplo, fue el primero que hizo que las luces del recinto se apagasen
durante la representación, para obligar al público a sumergirse en la obra)
obsesionado por lograr la Gesamtkunstwerk (la obra de arte total), aunando la música,
la trama, la psicología de los personajes y la escenografía.
Su
relación con el pangermanismo es obvia al analizar
algunos de sus libretos, basados en la mitología germánica en lugar de en la
grecorromana, por ejemplo, y su ruptura con el estilo italiano. Aunque la
polémica siempre rodeó su vida, la posterior
apropiación de su obra por parte del nacionalsocialismo, varias décadas después
de su muerte, ha traído sobre el mismo un baldón injusto, aunque siempre
será necesario aproximarse a él para comprender mejor la Europa del siglo XX.
Por suerte, existen personas como Baremboim, argentino de origen judío, quien
está intentando reivindicar su figura en
Israel, tanto como a contribuir a la paz con Palestina.
Llegado
el siglo XX, como en todos los aspectos culturales, existe una explosión de corrientes e "-ismos": atonalismo,
neoclasicismo, dodecafonismo, etc. Aunque tal vez el principal hito al respecto
sea que, con la proliferación de las grabaciones, al fin la música popular pervive a lo largo del tiempo de forma libre.
Muchas grandes obras clásicas, especialmente del periodo del nacionalismo, se
han inspirado en música tradicional y popular, pero, a partir de finales del
XIX, esta consigue ocupar un espacio independiente en la historia de la música.
Barenboim dirigiendo. Imagen de "Cultura, Cultura política y económica" |
La
ya citada música celta, el jazz (según Clint Eastwood, junto al western, la gran aportación estadounidense a la cultura universal),
su hijo el rock y todas sus variantes, el pop, la música disco, la música electrónica…
cada una de ellas es inseparable de su época, y es necesario para los
estudiosos de la misma conocerla. ¿Acaso
se pueden entender los años 60 sin las figuras de los Beatles o de Elvis Presley?
Comparación entre una partitura de Beethoven y otra del niñato de moda. Imagen de Turiver. |
¿Por
qué esta afirmación? Porque para ejecutar piezas en sus mejores versiones (en vivo), como
la novena sinfonía del citado Beethoven, por ejemplo, se precisa un conjunto de más de
100 personas que han estudiado y practicado durante años para ejecutarla, y las
mismas han de lograr una sincronización perfecta para que se logre el efecto
adecuado. Ninguna otra manifestación
artística humana tiene un nivel de exigencia semejante, aunque en nuestros
tiempos donde prima la música “de usar y tirar” parece que a menudo se nos
olvida. La foto que tienen aquí al lado creo que ayuda a aclarar el concepto, donde se ve una partitura de Beethoven junto a una de cierto niñato canadiense muy de moda.
Antes de despedirme me gustaría recomendar, a modo de ejemplo de la capacidad de la música para aproximarnos a temas históricos, la lectura de “Los sonidos hechizados: brujería y magia en la historia de la música”, de Raúl Mallavibarrena, recogido en el libro Espejo de brujas. Mujeres transgresoras a través de la Historia ya citado en este blog. Y ahora, si me disculpan, voy a escuchar un rato Parsifal, y, a continuación, a resolver unos asuntillos en Polonia.
A ustedes, les dejo a Leonard Bernstein dirigiendo el último movimiento de la citada 9ª sinfonía del sordo genial.
Antes de despedirme me gustaría recomendar, a modo de ejemplo de la capacidad de la música para aproximarnos a temas históricos, la lectura de “Los sonidos hechizados: brujería y magia en la historia de la música”, de Raúl Mallavibarrena, recogido en el libro Espejo de brujas. Mujeres transgresoras a través de la Historia ya citado en este blog. Y ahora, si me disculpan, voy a escuchar un rato Parsifal, y, a continuación, a resolver unos asuntillos en Polonia.
A ustedes, les dejo a Leonard Bernstein dirigiendo el último movimiento de la citada 9ª sinfonía del sordo genial.
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