Remembering the Accused Witches of Scotland y la bruja Lilias Adie

 Hola a todos:

Acabo de terminar un muy interesante libro titulado Una tumba con vistas. Historias y glorias de los cementerios, a cargo del periodista Peter Ross. Uno de los capítulos, apenas de unas tres páginas, llamaron poderosamente mi atención y no solo por el hecho de tratar sobre una bruja, sino por el tratamiento que el pueblo escocés le dispensa a una victima de la locura de la Caza de brujas. En definitiva, de cómo una sociedad, asume su historia. 

La bruja en cuestión era, como podrás haber adivinado por el título, Lilias Adie. Esta mujer, ya anciana para la época, sufrió como tantas otras la barbarie de un fanático y una sociedad enloquecida que entre finales del siglo XV y principios del XVIII, se calcula que ajusticiaron por el delito inventado de brujería a más de 2500 mujeres solo en Escocia

Reconstrucción del rostro de Lilias Adie a partir de fotos del cráneo en el S. XX realizada por la Universidad de Dundee. Fuente: La Vanguardia.

Lilias,  vecina de la población perteneciente al condado de FifeTorryburn fue, como muchas otras, víctima de un fanático como lo fue el pastor Allan Logan. En el juicio aseguró haber tenido relaciones sexuales con el diablo y haber renunciado al bautismo, muy presumiblemente después de atroces torturas. Condenada a la hoguera, murió en la celda sin quedar muy claro si la pobre mujer se suicidó o las duras condiciones del encierro  y la tortura, le llevaron a la muerte el 29 de agosto de 1704. 

Cráneo de Lilias Adie fotografiado en 1938.
Fuente: Muy Interesante.

Fue enterrada bajo una gran losa de piedra arenisca, por debajo de la línea de mar de la bahía para que el agua cubriera su tumba; no sé (y esto es una hipótesis mía) si fue más que por miedo a la bruja, como medio de protección tal y como se dice en muchos sitios, o como la última manera de humillar a esta mujer, al no haberla podido quemar. Su tumba es la única sepultura conocida de una bruja gracias a que en el 2014 fue redescubierta por el arqueólogo Douglas Speirs

Tumba de Lilias Addie. Fuente: El Español, crédito de la foto: Peter Ross

La tumba fue saqueada en el siglo XIX, para más ignominia, y el cráneo fue a parar al frenólogo Neil Paton; con su la madera de su ataúd se hicieron dos bastones. El cráneo pasó a la Universidad de St. Andrews, donde se fotografió y se exhibió en 1938. A día de hoy ni el cráneo ni otros huesos de esta mujer se sabe dónde están por lo que, para la reconstrucción del rosto que vemos más arriba realizada por la Universidad de Dundee, se tuvieron que basar en las fotografías del siglo XX. A día de hoy, sus restos siguen siendo buscados por el arqueólogo Speirs. 

Hoy Lilias es toda una celebridad en la zona y muy querida por sus vecinos. Como refleja Ross, recuerda que todo esto sale de su libro Una tumba con vistas, en el aniversario de su muerte el Ayuntamiento de Fife se reunió junto a la tumba para honrarla y depositaron una corona de flores a la que vez que uno de los políticos declaró solemnemente:  "Hace trescientos cincuenta años, Lilias Adie fue expulsada de esta comunidad. Hoy la acogemos de nuevo". 

Es más, una de las concejales y otras mujeres crearon la asociación Remembering the Accused Witches of Scotland que, entre otros objetivos, luchan por crear un monumento nacional en honor a las victimas de la persecución por brujería.  Gracias a su labor, en marzo de 2022, el Primer Ministro pidió públicamente disculpas a todos los perseguidos y ajusticiados por brujería en Escocia. Apenas dos meses después, la   Asamblea General de la Iglesia de Escocia secundó la disculpa y colabora con dicha asociación para honrar a las víctimas. Como se puede leer en sus página web. 

We are RAWS, a Scottish Charitable Incorporated    Organisation. We are campaigning to raise awareness   of the ordinary women & men who were accused of  witchcraft during this dark period of Scottish history.

Podrán criticar todo lo que quieran a los "hijos de la Gran Bretaña", pero en esto de recuperación y memoria histórica nos dan mil vueltas: otro día les traeré otro ejemplo espectacular. Las víctimas son víctimas, de hace cien años o cien días. Y da igual si estas son víctimas políticas, religiosas, por razón de sexo, edad o lo que se les pueda ocurrir. No hay víctimas mías o tuyas, de primera y de segunda. Simplemente hay víctimas de la intolerancia y la barbarie. Una sociedad que asume su Historia y que la mira frente a frente, con sus errores y logros, es una sociedad más sana. Creo que esto es uno de los muchos frentes en que los historiadores tenemos, debemos y podemos aportar mucho.


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