Presentación del libro El caldero de Hermes. Hermenéutica y hermetismo en las artes

 Hola a todos:

El pasado 27 de octubre, dentro del Congreso Internacional: «Vetulas cruciati: la mujer y el estigma de la vejez ante el Santo Oficio», tuve el honor de presentar la obra  El caldero de Hermes. Hermenéutica y hermetismo en las artes, junto con la coeditora Araceli Toledo. Mi presencia en la misma estaba justificada porque en el citado volumen se incluye mi artículo "La bruja. De la historia al cine". Para tal efecto, me preparé un pequeño texto que reproduzco a continuación con la certeza de que la obra en su conjunto será de interés para la comunidad académica. 

Un afectuoso saludo. 

Fuente: El Sótano

Para este que os habla no hay mayor acto mágico que la publicación de un libro. En los azarosos tiempos en que nos ha tocado vivir, creo que el nacimiento de un libro académico es un pequeño milagro digno de celebrar por todo lo alto. 

Para ello ha sido necesario el concurso de sabias mujeres, como Araceli Toledo y Laura Yolanda Cordero y brujos tales como Miguel Ángel Martínez. Todos son coordinadores del III Coloquio Internacional Hermetismo y Cosmovisiones en Hispanoamérica: Brujería, Magia y Hechicería en el Arte, celebrado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla en 2021 y del que hoy se presenta su resultado escrito.

El presente volumen es fruto de la colaboración del citado grupo y universidad con la Universidad Autónoma de Madrid, lo que no puede más que alegrarnos, pues colaborar con nuestros hermanos americanos siempre es motivo de emotivo encuentro y alegría. Un libro de celebra la magia de la palabra y el arte, como demuestran muchos de los capítulos insertos en el mismo. Prueba de ello es el dedicado por la Doctora Toledo a la pintora surrealista Leonora Carrington, o el estudio hermetista de Gonzalo Lizardo dedicado a Joyce, Elizondo y Borges

Miguel Ángel Martínez Barradas, a través de la pintura "Conciliación" de Julíán Villalobos Pérez, reflexiona sobre Puebla y su encuentro con la cultura hispana. También hay dedicado un capítulo a una escritora española que, en mi opinión, ha sido hasta la fecha poco vindicada y reivindicada al menos desde la divulgación. Hablamos de Rosa Chacel, a la que la profesora Laura Yolanda Cordero dedica un estudio que la vincula al mentado Joyce. Mullier dedica su trabajo al poeta francés Mallarmé, al que tilda de mago mexicano. En otro capítulo, el maestro Alberto Ortiz dedica su trabajo al escritor mexicano Ignacio Padilla, profundo conocedor del diablo literario. Tampoco faltan trabajos dedicados a las expresiones populares dedicadas a la magia, como el que firma Manuel Cortés Castañeda en torno a conjuros y hechizos de amor de carácter oral. 

No podía faltar un capitulo dedicado a su "satánica majestad", padre de todo lo prohibido, lo mágico y rebelde por excelencia. A él dedica la profesora Zamora Calvo su trabajo repasando su esquiva iconografía en el arte a lo largo del tiempo. Desde el desasosegante ángel de la  Basilica di Sant'Apollinare Nuovo del siglo VII al miltoniano Luzbel que recibe a los visitantes en el madrileño Parque del Retiro. 

Cierra el volumen quien tiene el honor de hablarles en un trabajo que analizo la bruja en filmes de Dreyer, Christensen o Robert Eggers. Al lector dejo el veredicto. Solo señalar que con el trabajo que firmo dedicado al diablo en el cine en el volumen recientemente publicado en Abada bajo el título El diablo en sus infiernos y la conferencia que acabo de presentar sobre el aquelarre en el cine, cierro mi propia trilogía. No es un punto y final, sino líneas abiertas en las que pretendo profundizar en compañía de tan buenos e insignes colegas como son los que me acompañan en los distintos volúmenes mencionados.

Cerrando este congreso y presentación, no encuentro mejores palabras para ello que pedirles que sigan creyendo en la magia del libro, de la palabra. Los congresos acaban, pero la palabra impresa queda. Les invito a leer este libro para seguir con nosotros a través de nuestros escritos y juntos hacer el acto más diabólico posible, continuar la senda del conocimiento. De ello depende nuestra humanidad, nuestra empatía. Ambas cosas hoy más importantes que nunca. 

¡Muchas gracias!

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