Crónica del Congreso Internacional "Mujer, Violencia e Inquisición"

Hace dos semanas nos acercamos a la Universidad Autónoma de Madrid para asistir al Congreso Internacional "Mujer, Violencia e Inquisición" realizado los días 7, 8 y 9 de marzo en el Salón de Actos de la Facultad de Filosofía y Letras.

Acto inaugural del congreso.
Dicho acto estuvo dirigido por la profesora de Literatura Española, María Jesús Zamora Calvo y organizado por las estudiantes Rocío Pérez Gironda y Sara Hernández Fernández y el objetivo de dicho congreso era dar "una visión variada y justa" de la mujer ante el tribunal de la Santa Inquisición española y novohispana a través de 18 conferencias, realizadas por investigadores especializados en distintas metodologías.

Junto a la directora del congreso, la bienvenida nos la dieron la Decana de la Facultad de Filosofía y Letras, Patricia Martínez; el Vicedecano de Estudiantes y Actividades Culturales, Santiago Palacios; la Directora del Departamento de Filología Española, Ana Serradilla; y la Directora de la Unidad de Igualdad de Género, Cristina García Sainz. El color de las sesiones de ese día fue el negro, color de la noche, de la confusión y del miedo.

Tras la inauguración, el primer día tuvimos seis maravillosas sesiones, con una asistencia de público espectacular. En la primera sesión,Alberto Ortiz, de la Universidad Autónoma de Zacatecas; y Cecilia López, profesora de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (unidad Morelia) de la Universidad Nacional Autónoma de México, nos hablaron sobre dos casos concretos de mujeres a las que se las acusaron ante la Inquisición novohispana pero que murieron antes de que sus resoluciones saliesen. En primer lugar, Catalina de Miranda, mujer de la Nueva España del siglo XVII. En segundo lugar, de María Guadalupe, una mujer mulata que vivió en la zona de Michoacán en el siglo XVIII.

En primer lugar, Alberto Ortiz, nos expuso el caso de Catalina de Miranda. Para él, los requisitos para que una mujer de esa época fuera victimizada eran los siguientes: además de ser mujer, que estuviera sola, que fuese pobre y, además, anciana. Todas estas características se juntan a la idea de que el único sustento para poder sobrevivir era a través de las limosnas o el celestinaje. 

Las prácticas supersticiosas de magia y hechicería se mueven hacia el extremo de la brujería por parte de la sociedad del momento. Como consecuencia, estas mujeres son consideradas un "peligro social" bajo el dogma cristiano y, por tanto, acusadas ante la Santa Inquisición. En el caso de Catalina de Miranda, su proceso inquisitorial comenzó en 1605 y, a través de él se observa cómo se confundían los límites entre hechicería y brujería y la forma que tenía ese sistema jurídico para culpabilizar a las mujeres. No obstante, por suerte o por desgracia, Catalina murió antes de la resolución de su causa.

Por su parte, Cecilia López,  nos habló de María Guadalupe que fue denunciada a la Inquisición novohispana en 1760 y cuyo caso se volvió a retomar por el Santo Oficio a finales de dicha década. 

La investigadora nos relató que esto ocurrió porque en un primer momento la justicia local no se creía la acusación que la hija de esta mujer realizó sobre ella y, aunque mandaron diligencias a la Santa Inquisición de México, ésta no actuó hasta que se volvieron a realizar denuncias contra María Guadalupe. Lo curioso de este caso, según nos explicó la profesora, es el uso de los llamados fetiches que aparecen cosidos al expediente de dicha mujer. Muñecos que Guadalupe utilizaba con el objetivo de conseguir todas sus fantasías y propósitos. Igual que en el casto de Catalina de Miranda, esta mujer también murió antes de que el Santo Oficio dictara la sentencia en septiembre de 1768.


Piedra escrita descubierta en Cenicientos (Madrid)
Culto a la diosa Diana
Tras el descanso habló Alejandra Guzmán Almagro, profesora de la Universidad de Barcelona que nos relató la evolución de la diosa romana Diana en la tradición cristiana. Nos habló de que esa diosa a la que se la representaba con la luz o la virginidad, se fue cambiando por otra imagen, la llamada "Diana Triformis" en donde se la vinculaba con la luna, a Hécate infernal o a Selene, como diosa lunar. De esta manera, tras la cristianización en la Península, su culto fue disminuyendo salvo en el caso de algunas mujeres que aún seguían idolatrándola cuando buscaban marido, tener un hijo, etc. Fue a partir del siglo VI cuando esta divinidad comienza a vincularse con el demonio y los espíritus malignos de la misma forma que todos los dioses antiguos. 

El objetivo de esto era, a fin de cuentas, eliminar viejas divinidades para sustituirlas por un Dios único. Además, a partir del Concilio de Toledo, el culto a las piedras se comienza a perseguir, en especial el culto a Diana, que se la comienza a vincular con el paganismo, la noche y la brujería. Como consecuencia de ello, los seguidores de Diana tuvieron que darle simbología cristiana a sus lugares sagrados para salvaguardarse de esa persecución.

Rafael M. Mérida Jiménez, de la Universidad de Lleida, trató sobre la documentación inquisitorial de las mujeres en la Corona de Aragón, concretamente contra la sodomía. Según la pragmática de 1497 ordenada por los Reyes Católicos, la sodomía quedó prohibida en todos sus territorios. No obstante, según defiende Rafael, esto no se aplicó de la misma forma. En el caso de Aragón, en ninguno de los tres tribunales que hubo del Santo Oficio (que dependía de la Suprema) encontramos casos contra sodomía entre mujeres, algo que no implica que no existiese sino que los moralistas de la época no la enfocaban de la misma manera que entre los hombres, por no ser "perfectas" por la imposibilidad de la mujer de convivir con otra mujer. En este caso, las acusadas eran castigadas a 200 azotes, a la confiscación de sus bienes, al destierro o incluso la muerte.

Sin embargo, si que existen procesos de sodomía entre hombres y mujeres. En este caso, según Rafael, la mayoría de los procesos encontrados eran iniciados por las esposas. También observó que en ese tipo de delitos aparecían acusaciones relacionados con las prácticas no naturales de la fertilidad.
Además, nos mostró la diferencia de los castigos que realizaba el Santo Oficio de la Corona de Aragón y el tribunal seglar, siendo en la mayoría de los casos mucho peores éstas contra los realizados por la Inquisición.


Primeras acciones contra la brujería
en Cataluña y Europa (1420-1450)
Esa misma tarde hablaron Pau Castell Granados, profesor de la Universidad de Barcelona y Javier Fernández Ortea, codirector del proyecto de investigación ciudad carpetano-romana de Caraca. En cuanto al primero, se refirió a la caza de brujas en la zona de Cataluña y cómo su persecución y castigo era diferente según al órgano judicial que se hiciera cargo de los casos. 

Con ello, defendía que los castigos eran mucho más duros si las acusadas por brujería se enfrentaban ante la justicia local civil que ante las que lo hacían al Santo Oficio. Así también el ponente observó cómo la Inquisición fue en este sentido una institución que frenó en Cataluña la llamada "caza de brujas" que estaba realizando la justicia civil, salvando a muchas mujeres de la pena de muerte, lo que crearía una "lucha de poder" entre ambos organismos. 

Por su parte, Javier Fernández (del que ya hemos hablado en este blog) trató de la brujería en La Alcarria, concretamente de la zona de Guadalajara, un lugar donde la presencia de brujas era abundante en los siglos XVI y XVII. Algunos de los casos se encuentran en la exposición "Brujas de la Alcarria" que se realiza en el Monasterio de Monsalud y en donde se puede ver cómo sufría una bruja del siglo XVI a través de las nuevas tecnologías y que todo ello gracias, también, a la población local que ha ayudado a tener un gran éxito.

El segundo día de congreso estuvo caracterizado por el color moradocolor de los gobernantes y poderosos, pero también de la eternidad, que también se le relaciona con la teología y la magia. Este día intervinieron también seis ponentes, distribuido en tres sesiones. En la primera, hablaron Ramón M. Pérez Martínez, profesor de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí; Ana María Masera, de  Unidad de Investigación sobre Representaciones Culturales y Sociales (UDIR) perteneciente a UNAM. En la segunda, la profesora Robin Ann Rice, de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla y María Jesús Torquemada, profesora de la Universidad Complutense de Madrid. En la tercera y última de esa tarde, hablaron Graciela Rodríguez Castañón, profesora de la Universidad Autónoma de Zacatecas, a través de videoconferencia y José Manuel Pedrosa, de la Universidad de Alcalá.

Ramón M. Pérez nos explicó las diferencias entre brujería de la hechicería erótica o amorosa. Según diversos investigadores, la diferencia radica por lo que llaman "pacto con el diablo". Todo ello viene de una tradición cultural y para entender las diversas denuncias hay que leerlo con un motivo literario y no como una causa jurídica, del momento. Así, la configuración de la bruja en los casos inquisitoriales coincide, según Ramón, con la bruja contemporánea, pues se puede encontrar una matriz cultural que va evolucionando con el paso del tiempo. Ejemplo de ello podría ser el uso de ungüentos vegetales o hierbas; el uso de amuletos o las cabezas de golondrinas, que aún hoy en día siguen teniendo un importante papel en la cultural oral, sobre todo en algunos pueblos de Zacatecas.
Por su parte, la profesora Masera, nos habló de algunos casos típicos de hechicería en la Nueva España. Según esta investigadora, había dos tipos de hechiceras, las especialistas, que se dedicaban a enseñar prácticas mágicas; y las beneficiarias, que eran las que aprendían algunas prácticas que veían útiles o necesitaban. La transmisión de esos saberes era a través de la tradición oral, es decir, oraciones, conjuros o hechizos, que se realizaban oralmente. 
También nos expuso las dos categorías del conjuro: el narrativo, donde se hablaba sobre la historia de diferentes santos o santas y a quien se suplicaba un favor; y el breve, compuesto de una sola pieza con repetición de sonidos. También se podía hacer oraciones dedicadas a personas del purgatorio o a seres del infierno, dependiendo de lo que se quisiera pedir.

Las Brujas de Goya. Museo Lázaro Galdiano.
Robin Ann Rice añadió que en el caso de las beatas y en oratorios cristianos novohispanos también había ejemplos de hechicería, como una manera en la que las mujeres podían "empoderarse" dentro de un mundo en el que no eran visibles. Nos expuso el caso de Rosa de Escalante, una mujer respetada que intentó forjar su propia identidad social a través de las fiestas que realizaba en su oratorio. En ese oratorio, según la denuncia del Santo Oficio,  hacían "rituales poco ortodoxos" en la que se festejaba a San Antonio y utilizaban escapularios. 
También nos dio el ejemplo de Marina de San Miguel, una beata de finales del siglo XVI que fue acusada por la Santa Inquisición de México por las visiones que tenía y castigada con 100 latigazos y humillada públicamente. Al igual que Rosa, esta beata, al ser una mujer autodidacta, respetada y que no estaba insertada en un ámbito doméstico tradicional ni completamente en la vida eclesiástica, intentaba crear su propia identidad social.

María Jesús Torquemada nos contó las semejanzas entre las prácticas de hechicería y brujería en España y México a pesar de los diferentes procesos inquisitoriales. Tras la colonización en América, el imaginario colectivo indígena fue sustituido por la tradición mágica europea pero en los conjuros o hechizos se seguían utilizando los mismos elementos y hechos. Ejemplo de ello puede ser el romero, hueso de difunto, los fluidos corporales, las oraciones a santos, etc.

Graciela Rodríguez nos expuso las diferentes prácticas y los diferentes castigos que tuvieron diversas mujeres en Zacatecas durante la Edad Moderna. Al igual que otros investigadores, defendía que había diferencias entre brujería y hechicería y que se utilizaban cánticos y oraciones para conseguir hechizos o conjuros.

Por último, José Manuel Pedrosa nos contó que a través de un caso concreto como fue el de dos brujas acusadas ante la Inquisición de Guatemala en 1706, se creó culturalmente un cuento, llamado, "el sueño del tesoro" donde por la noche salían pájaros de la boca de las mujeres cuando estaban dormidas. Con este testimonio, José Manuel observó que existía el mismo relato un siglo anterior en Francia y en otras partes del mundo.
También nos contó la existencia, hoy en día, de las llamadas "brujas" o "hechiceras" en algunas partes del mundo que perviven por la tradición oral y la superstición social, como en Nigeria con caso del niño Hope

El último día estuvo protagonizado por el color verde, el color de la esperanza, asociado a la tranquilidad y la armonía pero también al renacer, con el que el congreso quería que se comenzase a eliminar la intolerancia hacia la mujer. Estas últimas seis ponencias fueron realizadas por Roberto Morales Estévez, profesor en ESERP Business School de Madrid y miembro de este blog; Bárbara Santiago Medina, de la Universidad Complutense de Madrid; Gunnar W. Knutsen de la Universidad de Bergen; Adelina Sarrión Mora; Beatriz Moncó Rebollo; de la Universidad Complutense y Sonia Pérez-Villanueva, de la Universidad de Lesley.

Por su parte, nuestro compañero Roberto nos estuvo hablando de Elena o Eleno de Céspedes, una mujer que se hizo pasar por hombre y que fue condenada por la Inquisición en 1588 a 200 azotes y a servicios en un hospital durante diez años. Aunque la historia de esta mujer hay muchos trabajos, Roberto enfatizó el prestigio que consiguió y la obtención de los títulos de cirujano y sangrador (títulos que únicamente se daban a los hombres).

Portada de
De Origine et Progressu
ficci sanctae inquisitionis
Bárbara Santiago nos expuso el caso de las gitanas del reino de Valencia como el caso de Josefa del Cabello o Vicenta Eugenio, mujeres que vivieron en la Valencia del siglo XVIII. 

En ambos casos, las mujeres utilizaban diversos "hechizos" y otros trucos para remediar su pobreza y sacar el dinero a las gentes del lugar a través de relatos donde había tesoros escondidos. Por esos actos fueron denunciadas ante el Santo Oficio pero la Inquisición no les prestaba mucha importancia ya que el fin de esas mujeres era engañar y el resto era superstición popular, por lo que no eran casos para el Santo Oficio sino para la justicia secular.

Gunnar nos explicó las diferencias de las condenaciones por la Inquisición en mujeres en España y el resto de Europa, defendiendo que el porcentaje más alto fue por superstición (61%) y el judaísmo (47%) en el reino de Valencia.

Adelina Sarrión recuperó a las beatas y nos expuso el caso de Isabel Herráiz, la beata de Villar de Águila. Esta mujer llevó una espiritualidad y una vida religiosa propia hasta incluso llegar a la vía mística. Sin embargo con el cambio de párroco en el pueblo, las actividades que ella realizaba fueron vistos como excesos endiablados. Finalmente, fue acusada ante la Inquisición y ella reconoció todo lo que había experimentado (sus visiones, sus dolores corporales, la alteración del sueño, etc). Durante su proceso fue llevada a prisión en 1801 en la cual moriría un año después, sin haber concluido su caso. Tras su muerte se suspendió la causa pero se realizó un edicto de fe en el que se fue transgrediendo la verdad sobre esta mujer, defendiendo que no había tenido visiones, que estaba poseída por el demonio, etc.)

En la penúltima ponencia, Beatriz Moncó defendió que la posesión demoníaca es una configuración cultural y que tiene dos ejes. Uno a través de la palabra, donde ésta es importante y se utiliza para expulsar al "demonio". Otro, a través de la conducta, donde se observan actitudes no habituales en los cuales nuestro imaginario cultural lo interpreta como una posesión. 

Según la ponente, esa configuración se construye a través de la doctrina religiosa y la representación social. Por esto, las protagonistas de esas "posesiones demoníacas" eran mujeres de mediana edad que no dependían de un hombre, sabían leer y escribir y no seguían las pautas de la sociedad de aquel momento. El ejemplo que ella expuso fue el de las beatas del convento de San Plácido en tiempos de Felipe IV y en el cual llegó a tal extremo que la Santa Inquisición tuvo que intervenir.

Portada del libro, editado por Editorial 
Academia del Hispanismo
En la última comunicación, Sonia nos expuso las formas que tenía la Inquisición de representar a la misericordia y a la justicia. Según su opinión, la Inquisición a través de la iconografía esconde el sufrimiento femenino, salvo en las pinturas de los actos de fe. Por lo tanto, esta imagen propagandística del Santo Oficio distorsiona la verdadera realidad que se puede ver a través de los diferentes procesos inquisitoriales que se han visto anteriormente.

Las 18 ponencias realizadas son parte de los resultados que dichos investigadores han realizado dentro del proyecto I+D "La mujer frente a la Inquisición española y novohispana" (FEM2016-78192-P). Dichos resultados aparecen de forma más extensa en el libro dirigido por María Jesús López Zamora: Mulieres Inquisitionis. La mujer frente a la Inquisición en España, publicado en 2017, para quien quiera conocer más sobre estas mujeres que fueron  sometidas a denuncias, encarcelamientos, interrogatorios y condenas ante la Inquisición en un mundo donde la mujer no tenia voz.

Comentarios

Entradas populares