Los límites del blog I. La fatiga.
Hola a todos:
Más tarde que ningún año doy por inaugurado el curso en Licencia Histórica. Un proyecto que me niego a enterrar pero que es urgente reformar en algunas cuestiones. Iremos desgranando algunas de ellas a lo largo del curso y, espero que os parezcan muy positivas y de vuestro agrado. Por ahora reducimos las entradas a una mensual. Si la vida nos lo permite habrá meses de dos o las que encarten.
Las vidas de todos se van complicando de maneras inimaginables y vulgares. Inimaginables porque cuando tienes veinte años eres un ignorante de las complicaciones adultas y vulgares porque, al fin de al cabo, son las mismas que la de cualquiera. Todos los miembros de Licencia Histórica estamos, de alguna u otra manera, cercanos a la saturación.
Fuente: pxfuel |
Soy un hombre pegado a un ordenador rellenando burocracias, propuestas, proyectos, artículos...y si a eso le unimos 20 horas de docencia a la semana, tutorías de TFG y buscar hueco para vida familiar, la cuadratura del círculo es tarea casi imposible. Realmente somos, si no me equivoco, uno de los blogs más longevos en la red de temática histórica. Hemos visto cómo muchos blogs fantásticos han desaparecido o sus redactores han saltado a otros formatos divulgativos abandonando el blog.
Urge que nuestro proyecto, sin abandonar el blog, intente buscar nuevas maneras de expresión y en eso estamos. Después de una década se une el cansancio personal por la tensión que supone administrar el blog al del propio formato.
Una de las que más pesan en lo personal creo que tiene que ver mucho que no se entiende bien lo que es un blog, ojo, ni yo durante mucho tiempo. Confundimos blog con libro o artículo y así no hay manera. No se le puede pedir a ninguna persona que escriba ambrosía una vez por semana y más cuando de lo que puedes escribir es lo mismo de lo que versan tus artículos académicos a los que has dedicado años de investigación y meses de redacción.
Después de diez años creo que el blog es un sitio para compartir, para equivocarse, para hablar, para imaginar, para lanzar ideas sin filtrar. Que alguien me diga, "por ahí no, tronco" o "qué buena idea. ¿Has mirado estos libros o tenido en cuentas esto o lo otro?".
Timothy Burke lo decía mucho mejor que yo.
Porque quiero un lugar para publicar pequeños escritos, escritos impares, escritos residuales, especulaciones perezosas, hipótesis a medio desarrollar. Quiero un lugar para publicar todas las cosas que, pienso, tienen un valor pero no el suficiente como para poseer legitimidad académica. Quiero una oportunidad para adentrarme en nuevas áreas de especialización, de reducido nivel de intensidad y formalidad. […] Porque soy un chismoso compulsivo. (Quiroga, 2011, p.67)
Y no, no existe un blog así porque todos nos presionamos para crear textos acabados. ¿O es que acaso no creéis que hay detrás de esta pantalla algún "cabroncete/a leyendo estas líneas para reírse de mí diciendo que él es mejor que yo, que él lo hace mejor? Pues querido "cabroncete/a" no lo dudo, nunca he dicho que fuera el mejor ni lo he pretendido, pero antes de abrir el buzón piensa que tú no has ido a primera línea como yo para que me partieran la boca.
Fuente: Instagram La biblioteca de los locos. |
Comentarios
Publicar un comentario
Rogamos que se respeten las reglas gramaticales y ortográficas en los comentarios.
Las faltas de respeto, la publicidad, spam, o cualquier otro comportamiento inadecuado implicarán la eliminación del comentario de manera taxativa.