La paleografía en los archivos hispanos
Comentando con los compañeros del blog posibles temas a abordar, recordamos un post de hace tiempo sobre paleografía. Debido a la antigüedad de dicha entrada, aprovechando que me gusta mucho el tema y estoy con varios cursos sobre ello, he pensado en escribir sobre algo que es necesario para aquellos que estudian la Edad Media y la Edad Moderna, como es la paleografía.
Abdicación de Petronila en su hijo Alfonso II de Aragón. Fuente: Conscriptio |
Letra itálica cursiva. S. XVII. Blog Paleografías americanas |
Números romanos (izq.) versus números arábigos (dcha.) |
Hasta la mitad del siglo XX, cuando J. Mallon no publicó su Paleografía Romana, la paleografía se veía como un recurso auxiliar de la Historia y no como una ciencia en sí. Junto a Marcel Cohen, lingüista francés, se consideraron desde entonces varios principios o leyes para el estudio de la escritura, que podemos resumir en cuatro:
- 1ª. Ley. La evolución de la escritura trazada. Esto se debe a la influencia y fuerza que se pone en la mano con la que se escribe. Esto da origen a dos tipos de escritura, dependiendo del autor. Si el escritor levantaba poco la mano, escribía rápido o con el mínimo esfuerzo, la escritura será cursiva. En ella podemos observar que generalmente se omitirán signos, aparecerán abreviaturas, etc. Al contrario, si el redactor escribía de forma lenta o cuidadosa, la escritura será redonda. Asimismo, en la documentación podemos encontrar también una escritura híbrida, que utiliza elementos tanto de cursiva como redondas.
- 2ª. Ley. Distinción letras naturales y letras artificiales. Las primeras se trazan al correr de la mano y varían según la grafía de cada momento. Las segundas se van "inventando" para dar originalidad y belleza al documento.
- 3ª. Ley. La posición de la mano del que escribe y el instrumento del que escribe. Tanto en el pasado como hoy en día, las posiciones al escribir no siempre son iguales, lo que provoca una distribución desigual, escribir con trazos finos o gruesos, etc. A todo esto le tenemos que añadir el material en el que escribe el autor, el cansancio, la edad, u otras circunstancias que pueden ocurrirle al narrador.
- 4ª. Ley. El entorno social donde se elabora el texto y la categoría social de la persona que escribe.
- Morfología: la forma externa de la escritura, sus trazos y rasgo.
- Ángulo: se observa mediante la inclinación de la pluma del escritor.
- Ductus: Es el orden y sentido de los trazos, que van de izquierda a derecha y de arriba abajo. Si el escribano anotaba y levantaba la mano se podían formar borrones, debido a la tinta. G. Cencetti en su Lineamenti di storia della scrittura latina, publicado la primera vez en los años 50, comenzó a diferenciar que el ductus variaba según la ejecución de la escritura y no de la letra, diferenciando el llamado ductus caligráfico (posado), y ductus cursivos (rápidos).
- Módulo: Tamaño de la letra (se mide la anchura y altura).
- Peso: Grosor de los trazos, pudiendo ser fino o grueso
Hay muchos manuales sobre paleografía y guías de la tipología de escritura. Los que os recomiendo aquí son los que yo he consultado y me han venido bastante bien hasta ahora. Uno de ellos, es el Manual de Paleografía y Diplomática de la UNED, yo creo que el libro por el que casi todo el mundo empieza en la carrera, como bien decía Roberto en la entrada de 2012.
Otro de los libros que he utilizado con frecuencia, sobre todo en mis inicios, fue el de A. Riesco Terrrero, Introducción a la paleografía y diplomática general, publicado en el 2004 por Síntesis o el de A. Millares Álbum de Paleografía Hispanoamericana de los siglos XVI y XVII, publicado en 1975 por Albir. Pero si miramos en los buscadores de las bibliotecas de nuestra universidad o en la Biblioteca Nacional, veremos que hay un sinfín de libros que podemos consultar para ayudarnos a resolver los enigmas que nos pueden causar algunos documentos. Lo único que necesitamos (recalco) es paciencia y constancia.
Otro de los libros que he utilizado con frecuencia, sobre todo en mis inicios, fue el de A. Riesco Terrrero, Introducción a la paleografía y diplomática general, publicado en el 2004 por Síntesis o el de A. Millares Álbum de Paleografía Hispanoamericana de los siglos XVI y XVII, publicado en 1975 por Albir. Pero si miramos en los buscadores de las bibliotecas de nuestra universidad o en la Biblioteca Nacional, veremos que hay un sinfín de libros que podemos consultar para ayudarnos a resolver los enigmas que nos pueden causar algunos documentos. Lo único que necesitamos (recalco) es paciencia y constancia.
Sin embargo, también me he valido de diversas páginas web como son:
- El manual de paleografía ofrecido por el pueblo de Fontanarejo.
- El Diccionario de Abreviaturas Novohispanas de la Universidad Nacional de México (UNAM).
Logo plataforma edX |
Por ejemplo, hace unas semanas, a través de la plataforma edX, la Universidad Carlos III (puntera en este sector, o eso tengo yo oído) se está realizando un curso sobre la caligrafía y paleografía en los archivos hispanos durante la Edad Media y la Edad Moderna en julio de este año Leonor Zozaya dará un curso sobre la paleografía de las Edades Media y Moderna a través de su blog.
Si los cursos no son lo vuestro porque estáis muy ocupados, hay también recursos web para practicar, si tenéis tiempo, de forma gratuita. Por ejemplo, la Spanish palaeography tool con documentos del siglo XVI y principios de la centuria siguiente, en el que podéis descargar la transcripción y la imagen y, sin hacer trampas, podéis ver que tal llevais la letra cortesana o la procesal. Los "pros" de la web es que los documentos están escritos en español y los documentos se localizan rápidamente. Los "contras": las instrucciones se presentan en inglés y sólo hay documentos (que yo haya visto) hasta 1606.
Logo grupo TAEDIUM |
En definitiva, todos comenzamos siendo novatos pero poco a poco, leyendo día a día diferente documentación del pasado, vamos aprendiendo nuevas formas de abreviaturas, nexos, ligaduras, palabras; que antes no teníamos en la cabeza. Todo es práctica, señoras y señores. Sin ella, y sin la paleografía, ahora mismo nosotros no podríamos interpretar esas fuentes primarias que, por un lado, nos gustan pero, por otro, a veces parecen tediosas.
Desde Licencia Histórica os deseamos una Feliz Semana Santa.
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