Homo Ludens Historicus: juegos inspirados por la historia (I)
La guerra es
un juego serio en el que uno compromete su reputación, sus tropas y su patria.
Napoleón
Huizinga, además de su celebérrimo El
otoño de la edad media, escribió otro libro muy interesante, Homo
Ludens, es decir, el hombre
que juega. Y es que es innegable que el
juego, en su acepción más amplia, está presente y es una parte importante de cualquier
cultura humana, aunque no todas lo entiendan de
la misma manera.
El juego es
básico como aprendizaje de nuestros
niños, representa en el concepto de “gamificación”
una tendencia empresarial moderna, y, en su forma más elaborada, el deporte profesional, arrastra masas, y países enteros.
Lógicamente,
el mundo de la historia no es ajeno a
este concepto; y no me refiero, claro, a los estudios acerca de su
evolución en nuestra cultura, al análisis del juego de
pelota azteca, ni a las carreras de cuadrigas
romanas. Me refiero a los juegos
cuya excusa, o mejor, su motivación, es la historia.
Portada del libro (Casa del Libro) |
Pese al
actual dominio de los videojuegos (de
los que hablaremos al final de esta pequeña serie de artículos), los juegos de mesa siguen teniendo un
público fiel; la imaginación como tarjeta gráfica, y el poder poner cara a
nuestros contrincantes (y sin embargo, a menudo, amigos) sigue siendo una
estupenda opción, especialmente en periodos vaca-cionales, donde estas partidas
pueden compartirse con los amigos del pueblo, o con el resto de la familia.
Y claro,
como decíamos, más allá de los tradicionales Risk, Cluedo, Trivial, etc., existen multitud de
juegos de marcado carácter histórico, que harán a mucha gente (especialmente
a los más jóvenes) interesarse por ese periodo concreto. En todo caso, una
partida entre historiadores especializados en los hechos que ambientan el juego
probablemente pueda llegar a convertirse
en un barril de pólvora; aunque tal vez alguno pueda llegar a desarrollar
su propio juego, ¿no?
Entre estos
juegos hay abundancia de wargames, es decir, aquellos con
cierta semejanza al Risk, cuya principal motivación es la conquista, aunque en algunos casos el aspecto militar es sólo uno
de ellos (diplomacia, cultura, religión, etc.), y se convierten en juegos de civilización. Son
esencialmente estratégicos, pero la existencia en muchos de ellos de eventos basados en la historia real y mazos
de cartas hace, además, que la partida no siempre transcurra según el plan.
Ejemplos hay en abundancia, aunque la mayor parte, eso sí, estén en inglés.
La lista
puede ser más larga que un día sin pan, por lo que sólo citaré algunos ejemplos significativos, ordenados
por la época en la que están ambientados. Cada uno tiene distinta mecánica
y reglas, además de sus pros y sus contras, y no es intención de este humilde
rincón de Internet el extenderse al respecto.
En la antigua Grecia, encontramos Polis: Fight for the Hegemony:
desde la formación de la Liga de Delos hasta el final de la Guerra del Peloponeso, cada jugador
debe intentar que su bando sea el más poderoso de la antigua Grecia, al igual
que ocurre con Athens & Sparta. Por
su parte, Successors, hace que cada uno de los
jugadores maneje los ejércitos de los diádocos, buscando
erigirse como el verdadero sucesor de Alejandro
Magno.
Partida de Hannibal (blog de Ethelberto) |
No puede faltar Roma, por supuesto; en Sword of Rome, Roma, aún una pequeña
población, tiene como objetivo unificar
toda Italia bajo sus águilas. Etruscos, galos, griegos y cartagineses
intentan impedírselo. En cuanto a Hannibal: Rome vs. Carthage, el
nombre lo dice todo; la segunda guerra
púnica es el entorno en el que los jugadores deberán retarse. Pax Romana, por su parte, busca
reconstruir el auge del imperio en todo
el Mediterráneo, durante 300 años.
La edad media tiene también
representación, claro está: The Battle of Tours reconstruye la
decisiva batalla entre los musulmanes y
los francos de Carlos Martel. Por su parte Hammer of the Scots, representa las guerras entre Escocia e Inglaterra en la época de William Wallace, y tiene su
continuación en Richard III, que, como Lancaster, se ambienta en la guerra de las dos
rosas. Troyes es algo diferente, simulando
la gestión de una ciudad al final de la edad media. Y Age of Rennaisance plantea las cosas
de otro modo: comienza con la caída del imperio romano y puede llegar a
prolongarse hasta el siglo XVIII.
En la transición a la edad moderna, Machiavelli se ambienta en el
renacimiento italiano, al igual que Condottiere. Poco más adelante, en Here I Stand, encontramos
las Guerras de la Reforma: católicos,
protestantes, anglicanos, etc. pugnan por la supremacía en Europa. En la siguiente generación, las guerras religiosas
en Europa continúan en Virgin Queen; en este juego se puede
llegar hasta a intentar la Empresa de Inglaterra.
Caja del juego (Simmons Games) |
Saliendo
temporalmente de Europa, Colonial representa la expansión
colonial europea desde el descubrimiento de América, y Sekigahara
se ambienta en la unificación de Japón
en el siglo XVII. De vuelta al viejo continente, Federico el Grande
es el protagonista de Friedrich,
donde las luchas se centran en la Prusia
del siglo XVIII y su entorno.
Por
supuesto, las guerras napoleónicas
han dado mucho de sí en este género: Napoleonic Wars, Bonaparte at Marengo, Napoleon’s Triumph, 1815 - The Waterloo Campaign, 1805 – Sea of Glory, etc. En todos
ellos debemos dirigir, o frenar, a los
ejércitos de le petit caporal. Incluso podemos recrear los hechos del
2
de Mayo en el juego homónimo.
El siglo XIX, tras Napoleón, también da
mucho juego (no me maten por el juego de palabras, por favor). Existen unos
curiosos, ambientados en los años que les dan título: 1829, 1835,
1856,
1861,
etc., sobre despliegue de las líneas
ferroviarias en Alemania, Rusia, la India, etc. Además, está en desarrollo The Guns of Gettysburg, el cual
estará ambientado, obviamente, en la más decisiva de las batallas de la guerra de Secesión. En esta misma
guerra se ambienta For the People. Y yendo hasta Asia, King of Siam mete a los jugadores en
la piel de las potencias de la Indochina
de finales del siglo XIX.
Llegado el siglo XX, está Paths of Glory; este juego homónimo de la película de Kubrick,
ambienta la acción en la Primera Guerra
Mundial. Si echaban de menos juegos ambientados en el antiguo Egipto, lo
que sí tenemos es un juego basado en los grandes arqueólogos de esta época: Thebes. Y no podía faltar la última guerra civil española, representada por
Crusade and Revolution: The Spanish Civil
War, 1936-1939.
Portada del juego (blog de Ethelberto) |
Memoir’44, Shifting Sands, Pacific Victory, Russian Front, Fire in the Sky, Rommel in the Desert… Por supuesto, hablamos de la Segunda Guerra Mundial, donde el número de opciones, centradas en
la estrategia militar pura, es abrumadora; un gran número de los mismos pertenece a la saga de juegos
ATS
(Advanced Tobruk System).
Por
supuesto, ha habido más guerras (por
desgracia) tras 1945; varios juegos se ambientan en dichos conflictos: Angola, Next War: Korea, Millenium Wars: Iraq o 1989: Dawn of Freedom o el aclamado Twilight Struggle recrean los conflictos bélicos y geoestratégicos de la historia reciente.
Y, aunque a
alguno le pueda sorprender (como me pasó a mí), un juego que pasa por todas las
épocas es el mítico Civilization,
que antes de la exitosa saga de
videojuegos de Sid Meier,
fue un juego de mesa, que luego ha
reaparecido adaptado y avalado por la versión electrónica.
En resumen,
hay una infinidad de juegos de carácter histórico para disputar sobre un
tablero en buena compañía, y aquí he puesto como ejemplos un infinitésimo del total existentes;
busquen el suyo, y disfruten del mismo. Por
supuesto, están los juegos de rol… pero de estos hablaremos en posteriores
entradas. Hasta entonces, cuídense.
PD. Gracias
a Miguel Ángel, que me ha desvelado la existencia de este mundillo, además de
un coleccionismo que desconocía. Y, por supuesto, a Ethelberto, y el resto de
páginas de referencia.
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