Fotos con Historia. Egipto, la grandeza de un país convulso.

La verdad es que tengo el corazón sobrecogido por las imágenes que llegan a mi TV de la situación en Egipto. Tuve la suerte de ir cuando aquello era mucho más tranquilo y me duele en el alma ver lo que ocurre. Quien piense que me voy a poner a pontificar sobre la situación en Egipto, siento decirle que no tengo alma de contertulio. No puedo hablar sobre la situación en Egipto, de la que no tengo más idea que cualquiera de vosotros, para acto seguido hacerlo sobre Gibraltar y terminar opinando sobre la titularidad o no de Casillas. Perdonen mi ignorancia. Lo que sí que puedo hacer es compartir con ustedes algunas fotos y humildes reflexiones sobre aquel ya lejano viaje. 

Como historiador podría empezar hablando del miedo que tengo de la destrucción del enorme patrimonio que hay en Egipto, pero antes que historiador soy persona, y vine absolutamente cambiado de mi viaje a Egipto. ¡Aquello era tan distinto a lo que estaba acostumbrado! Y aprendí que hay otras maneras de ver el mundo, otras formas de vivir tan válidas como la nuestra. Siempre le digo a mi pareja que tenemos que llevar a mi hija en cuanto tenga edad, ahora es demasiado pequeña, para que entienda tantas cosas que ni yo ni mil horas de docencia le pueden explicar sobre la diversidad del mundo. Al principio debo reconocer que estaba aterrado y que cada vez que volvía al hotel respiraba, porque la megalópolis El Cairo es un absoluta locura, pero eso sí, en cuanto le coges el ritmo es apasionante.

Vista panorámicas de El Cairo.

Vista panorámicas de El Cairo.


Si os dais cuenta se entremezclan enormes edificios con casas bajas. Los enormes edificios suelen ser hoteles de más o menos lujo para el turismo conviviendo con casas de sus habitantes que dan la sensación de poder caerse en cualquier momento como podéis apreciar en la imagen de abajo. No todo es así, ni mucho menos, pero es lo que más impera.



Y lo que os decía de el enorme bullicio...



Esta la "M-30", la ronda o carretera de circunvalación de El Cairo. La imagen que veis necesita explicación. El grupo de gente que se aprecia al fondo junto a la tapia va siguiendo un féretro que tapa la cortinilla del autobus, es un cortejo fúnebre. Mientras, en primer plano, podéis ver cómo dos mujeres (las dos que están  junto al coche blanco), que acaban de dar literalmente de bofetones a un taxista . Los hombres que se aprecian en primer plano van a ayudarle y pacificar a las damas. ¿Os imagináis esto en España? El Cairo en estado puro.

El doble de "el cuñao"
De todos es sabido que los egipcios son negociantes natos y que según pasen franceses, ingleses o españoles gritan cosas distintas como aquello de "¡Más barato que en Mercadona!", que habla bien a las claras de su tradición de mercaderes. Ganarse la vida nunca fue cosa fácil y hay que afinar. Lo que más me asustó fue encontrarme en la pirámide de Djoser al doble de por aquel entonces famoso "cuñao". La verdad es que rompía un poco el encanto del momento oyéndole aquello de "cuñaaoo" a voz en grito. Y cualquiera no se hacía una foto con él, previo pago claro está, para que se marchara.

Y es que, al meno por lo que se veía, se nota que allí el dinero no sobra precisamente. Junto a los grandes rascacielos y tecnología encuentras imágenes que bien pudiera haber visto Heródoto. 





Riadas de niños vendiendo de todo, cuyo beneficio va a los mayores que explotan su imagen más tierna. Como el niño de esta foto, que iba por el Nilo con este "fueraborda" impulsado por un cartón acercándose a los barcos pidiendo. ¿Que eras francés? Te cantaba el Frere Jacques. Y con su cartón giraba y se desplazaba a toda velocidad a tu barco gritando ¡españoles! Y te cantaba Clavelitos o cualquier otra. A este le dejas en el descenso del Sella con remos y lo borda. Se te saltaban las lágrimas.





Y donde más se te saltaban era, ya no recuerdo la ciudad, en un paseo en carroza por las zonas que no son turísticas. Sólo puedo recuperar esta, pues el polvo hacía imposible tomar otra.




A nuestro paso los niños te saludaban sonrientes en espera de un caramelo, de un boli, de un poco de dinero...y tú te sentías fatal en aquella calesa, lo peor del mundo. Bajamos todo el grupo con lágrimas de rabia e impotencia. Y le preguntamos a nuestro guía que por qué ocurría esto. Parecían por lo general, aunque muy humildes, bien alimentados. La respuesta del guía es para analizar. "Están acostumbrados a que les deis cosas. Viven de pedir porque les es más rentable que trabajar". Ni quito ni pongo, fue lo que me dijeron. 

Pero de eso el turista ve poco. Hoteles de ensueño y lujo asiático para la, por entonces, pujante clase media española. Y lo más sorprendente fue Sharm el Sheij. Una ciudad en medio del desierto que es como Las Vegas. Con sus discotecas, su Pachá, sus casinos y su todo. ¡Faltaban Elvis y el Rat Pack!



La zona, además de estos placeres tan mundanos, es una zona famosa por El parque natural de Ras Mohammad, donde sus aguas cristalinas permiten a los buceadores disfrutar de corales y peces de gran belleza. 


Y hablando de naturaleza....

Presa de Assuan

Río Nilo.

Río Nilo.

Y por supuesto los monumentos, los templos. Espero que, tras las personas, se esté protegiendo el patrimonio. Aquí unas pocas, pues ya iremos comentándolas a lo largo del año con enfoque histórico como ya hemos hecho con los colosos de Mennon.

Pirámide de Djoser.

Templo de Philae.

Detalle del Templo de Abu Simbel. 
Y hasta aquí este breve y sesgado repaso a mi experiencia egipcia. Una experiencia como la de cualquier otro, pues los que habéis estado allí, todo lo que he comentado os será más que familiar. Sólo quería recordaros y recordarme que Egipto no es sólo lo que sale actualmente en las noticias, que su riqueza, Historia y diversidad son inabarcables. Tiempo habrá, como he comentado, de hablar de templos, Arqueología e Historia.

Por ahora sirva este post de humilde homenaje al pueblo egipcio en estas horas tan aciagas para ellos y a todos aquellos que me acompañaron en aquel irrepetible viaje. Os llevo siempre en el recuerdo.

Un saludo a todos.

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