En torno a leyes y modelos educativos. Una pequeña reflexión.
Es evidente la enorme polémica que se está
generando en torno a la ley de
educación que se está debatiendo en
nuestro país. Como gran parte de la población no estoy en posición de ofrecer
algo mucho más allá de mi opinión. Si acaso algo más fundamentada que todos
aquellos que se atreven a opinar sin haber pisado una facultad o un instituto
en su vida o lo hicieron hace décadas. Me sorprende mucho esa actitud y me
indigna el papel que los medios de comunicación están realizando en dicho
debate. La información de paso a la opinión tan válida como la de cualquiera de
nosotros. ¿Qué criterio, capacitación
profesional, tiene el subdirector de tal o cual rotativo en materia educativa?
Vamos a intentar superar el debate nacional y
elevarnos a un análisis de ciertos elementos, el debate daría para libros, que
rigen casi todos los modelos educativos occidentales. Estamos en un mundo globalizado y desde esa perspectiva hay que valorar
lo que ocurre en España.
Es evidente que los modelos occidentales educativos se basan en un utilitarismo en sus
planteamientos. Por tanto, las
Humanidades y Artes son arrinconadas
como materias que no son rentables.
Vamos a ver un texto en este sentido;
"Estamos en medio
de una crisis de proporciones gigantescas y de enorme gravedad a nivel mundial.
No, no me refiero a la crisis económica global que comenzó a principios del año
2008. Al menos en ese momento, todo el mundo sabía lo que se avecinaba y varios
líderes mundiales reaccionaron de inmediato, desesperados por hallar soluciones.
En efecto, el desenlace para sus gobiernos sería arduo si no las encontraban, y
a la larga muchos de ellos fueron reemplazados por causa de la crisis. No, en
realidad me refiero a una crisis que pasa prácticamente inadvertida, como un
cáncer. Me refiero a una crisis que, con el tiempo, puede llegar a ser mucho
más perjudicial para el futuro de la democracia: la crisis mundial en materia
de educación.
Se están
produciendo cambios drásticos en aquello que las sociedades democráticas
enseñan a sus jóvenes, pero se trata de cambios que aún no se sometieron a un
análisis profundo. Sedientos de dinero, los estados nacionales y sus sistemas
de educación están descartando sin advertirlo ciertas aptitudes que son
necesarias para mantener viva a la democracia. Si esta tendencia se prolonga,
las naciones de todo el mundo en breve producirán generaciones enteras de
máquinas utilitarias, en lugar de ciudadanos cabales con la capacidad de pensar
por sí mismos, poseer una mirada crítica sobre las tradiciones y comprender la
importancia de los logros y los sufrimientos ajenos. El futuro de la democracia
a escala mundial pende de un hilo.
Ahora bien,
¿cuáles son esos cambios tan drásticos? En casi todas las naciones del mundo se
están erradicando las materias y las carreras relacionadas con las artes y las
humanidades, tanto a nivel primario y secundario como a nivel terciario y
universitario. Concebidas como ornamentos inútiles por quienes definen las
políticas estatales en un momento en que las naciones deben eliminar todo lo
que no tenga ninguna utilidad para ser competitivas en el mercado global, estas
carreras y materias pierden terreno a gran velocidad, tanto en los programas
curriculares como en la mente y el corazón de padres e hijos. Es más, aquello
que podríamos describir como el aspecto humanístico de las ciencias, es decir,
el aspecto relacionado con la imaginación, la creatividad y la rigurosidad en
el pensamiento crítico, también está perdiendo terreno en la medida en que los
países optan por fomentar la rentabilidad a corto plazo mediante el cultivo de
capacidades utilitarias y prácticas, aptas para generar renta.
La crisis nos mira
de frente, pero aún no la hemos enfrentado. Continuamos como si todo siguiera
igual que siempre, cuando en realidad resulta evidente en todas partes que ya
no se pone el acento en lo mismo que antes. En ningún momento hemos deliberado
acerca de estos cambios ni los hemos elegido a conciencia, pero aun así, cada
vez limitan más nuestro futuro."
Sorprendentemente, o no tanto, se trata de un texto que ya
tiene tres años y que para más señales está escrito por la norteamericana
Martha C. Nussbaum, que poco conocerá el caso español, y corresponde a su libro Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades. Realmente soy bastante crítico con este
libro por motivos que no vienen al caso, aunque este fragmento creo que es muy
acertado.
Algunas conclusiones podemos sacar. La
primera es que este utilitarismo no es
nuevo y lo segundo que no es
propio de un país u otro. Es algo generalizado con pequeñas
excepciones.Los sistemas
educativos se orientan a proveer a los mercados de trabajo, a las empresas de aquellos
profesionales que se cree les serán útiles.
Ken Robinson lo expresa de manera mucho más brillante que yo.
"Ahora, nuestro
sistema educativo se basa en la idea de capacidad académica. Y hay una razón.
El sistema entero fue inventado, alrededor del mundo, no había sistemas
públicos de educación en realidad, antes del siglo XIX. Todos ellos se crearon
para satisfacer las necesidades de la industrialización.
(…)Nuestro sistema educativo ha socavado nuestras mentes de la misma forma que hemos socavado la tierra, para un determinado producto, y para el futuro, esto no nos servirá.(…)Si piensan en esto, los niños que empiezan la escuela este año se jubilarán en 2065. Nadie tiene una pista, a pesar de todos los conocimientos que han desfilado por aquí los últimos cuatro días, de cómo se verá el mundo en un plazo de cinco años.
(...) Es muy loable que los sistemas educativos intenten formar profesionales, pero estos no pueden renunciar a ninguna rama del saber como se ha venido haciendo hasta ahora."
¿Profesionales de qué? ¿Cuáles serán esas aptitudes y conocimientos que nos ayudarán en el futuro? Nadie puede prever cómo será el mercado laboral en un futuro a medio plazo y mucho menos cuáles son los conocimientos que el sacrosanto mercado demandará. Toda polémica en torno a temarios, becas u otras cuestiones (aunque evidentemente de enorme importancia), pasan a un segundo plano por una razón muy simple; absolutamente todas las leyes y planes educativos que nazcan bajo estos presupuestos de utilitarismo nacen muertos, ya anticuados antes incluso de ser aprobados por cualquier parlamento.
E incide en la idea de Martha C. Nussbaum
Ken Robinson |
"Así que la
jerarquía se basa en dos ideas: Número uno, que los temas más útiles para el
trabajo están arriba. Así que ustedes, probablemente, en la escuela fueron
amablemente alejados de aquellas cosas que le gustaban, con el argumento de que
nunca conseguirían un trabajo haciendo eso. ¿Verdad? No toques música, porque
no vas a ser un músico, no hagas arte, porque nunca vas a ser un artista.
Benévolos consejos - pero profundamente equivocados. El mundo entero está
sumido en una revolución.
Y la segunda idea
es la capacidad académica, lo que realmente ha llegado a dominar nuestra visión
de la inteligencia, porque las universidades diseñaron el sistema a su imagen.
Si usted piensa en ello, todo el sistema de educación pública en todo el mundo
es un proceso prolongado de acceso a la universidad. Y la consecuencia es que
muchas personas de gran talento, brillantes, personas creativas piensan que no
lo son, porque aquello en lo que eran buenos en la escuela no fue valorado, o
fue en realidad estigmatizado. Y creo que no podemos permitirnos el lujo de
seguir ese camino."
Y Robinson no se limita a radiografiar el problema, sino que al contrario expone las claves de la solución. (la negrita es mía)
"Tenemos que ser
cuidadosos ahora para usar este don(la creatividad) con sabiduría, y para
evitar algunos de los escenarios de los que hemos hablado. Y la única manera en
la que lo haremos es viendo nuestras capacidades creativas como la riqueza que
son, y viendo a nuestros niños como la esperanza que son. Y nuestra tarea es educar a la totalidad de su ser, para que puedan
enfrentar este futuro - por cierto, tal vez nosotros no veremos este
futuro, pero ellos lo harán. Y nuestro trabajo consiste en ayudarles a hacer
algo con él."
Mientras que los modelos educativos no partan
de estos presupuestos, el resto de los debates son, en esencia, superfluos . Hay que replantearse la educación de principio a fin, estoy seguro ¡me consta! que contamos con grandes docentes a todos los niveles. Vamos a darles la palabra. Hay que ser valientes y profesionales. El futuro dependerá en gran parte de ello.
Un saludo.
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